sábado, 23 de febrero de 2013

EMBRIOLOGÍA


Nuestro Mouse se mueve sobre un Pad erroneo

Los puntos embriologicos que podríamos considerar a favor, dada la extrema similitud de caracteres entre vertebrados, podrían derrumbarse cuando se realiza un examen serio de este tema.
La conformación corporal del hombre no solo tiene gran similitud con el simio según la teoría oficial, veamos lo que el propio Darwin nos dice sobre esto:

El hombre está formado en base a un modelo general, al igual que los demás mamíferos. Sus huesos son equiparables tanto a los de un simio como a los de un murciélago o una foca. Este conocimiento es aplicable a sus músculos, nervios, vasos sanguíneos y órganos internos.”1

Cabe recalcar aquí que la argumentación de Darwin no concede con absolutidad  la similitud corporal del hombre a la del simio, también nos da dos opciones más, el murciélago y la foca. En mi opinión, al menos la primera opción nos ayudaría a comprender un poco más del archi-conocido héroe del comic. Hablando en serio, ¿Quién objetaría la afirmación de un hombre que dijese que en vez de venir del mono provenimos de la foca o el murciélago?
Pero, adentrarse a la problemática de la evolución del hombre nos llevaría a un estudio aparte, solo menciono el punto para enlazarlo de alguna forma a las similitudes que el reino animal, en su etapa embriologica, parece otorgarnos, y sin embargo aun, tal vez estas similitudes disten mucho de ser lo que realmente se piensa o se concibe como verdadero.

La similitud del hombre con el mono a nivel embriologico, no nos da mas derecho de reclamar su descendencia hacia éste, que la que podría darse con el murciélago. Y si la comparación es bochornosa, mucho mas lo sera cuando la investigación se inmiscuye en las funcionalidades de este ultimo comparadas con la del ser humano. 
Con esto quiero decir que, aun cuando de similitudes se trate, ¿En base a que se realizan las comparaciones? ¿Es decir, con que regla se esta midiendo? Si yo comparo una fruta con otra, estoy midiendo con una regla frutal, una verdura con otra, con una regla vegetal, un animal con otro, con una regla animal. ¿ Pero cual es la regla que se usa para comparar al simio con el animal? Porque si es solo una regla basada en similitudes corporales, la prueba esta en que no sera solo el mono quien tenga el podio de parecidos.
Hasta que la regla que se use no sea moral, funcional y arquetipica, el diagrama de comparación devendrá en inútiles similitudes. 
Y en esto es comprensible que Darwin y los suyos se hayan equivocado, porque con el lenguaje ha sucedido lo mismo. Darwin lo consideraba erróneamente, no lo miraba en sus aspectos simbólicos psíquicos  y por ello tal vez, nunca obtuvo el saber de que en cada lenguaje hay un código de acceso que reúne y compara las letras, las palabras y las frases. Sin ese código de interpretación el lenguaje no se entiende. Lo mismo sucede con los reinos, hay que develar el lenguaje de la naturaleza para comprenderlo y Darwin como sus seguidores se encuentran muy lejos de haberlo encontrado.

Por otra parte, si Haeckel no hubiese dibujado a su antojo la progresión embriológica para poder demostrar su conocida frase de que la ontogenia se repite en la filogenia, no tendríamos hoy derecho de dudar de la teoría embriológica darwinista. Pero el hecho es que para justificar su teoría de la recapitulación publicó varios dibujos falsos que trataban de mostrar que en el desarrollo embrionario, el hombre, pasaba por las etapas de pez, reptil, pollo, cerdo, vaca y conejo.

 “Haeckel expuso erróneamente el principio evolutivo involucrado. Hoy en día se ha establecido con certeza que durante la ontogenia no se repite la filogenia”       
           
Estas figuras Haeckelianas fueron enseñadas a los alumnos de todas las escuelas hasta el año 1950. Durante el tiempo en que se enseñó, todo el ámbito académico sabía ya que lo de Haeckel era una farsa, siendo que él mismo lo había admitido al verse acorralado por sus colegas, y aun así, esto persistió para provecho de una teoría.

“A falta de la prueba, Haeckel propuso la fabricación de los datos. Él cambió de manera fraudulenta los dibujos realizados por otros científicos de embriones humanos y perros, para aumentar el parecido entre ellos y para ocultar las diferencias. Nos informó sobre este particular de un fraude en un número reciente de la revista Creación. Compañeros alemanes de Haeckel (en particular, en 1874, Wilhelm His Sr, profesor de anatomía en la Universidad de Leipzig) tenían conocimiento de este fraude y extrajeron una confesión modesta de él, en el que culpó a la ponente de opinión de torpe-sin reconocer que él mismo era el dibujante! La mayoría de los evolucionistas informados en los últimos 70 años se han dado cuenta de que la teoría de la recapitulación es falsa. Sin embargo, la idea de la recapitulación se sigue avanzado como evidencia para la teoría de la evolución en muchos libros y enciclopedias en particular y por divulgadores evolutivos como el difunto Carl Sagan
 “Cuando los evolucionistas dicen que la teoría de la recapitulación es falsa, por lo general no significa admitir que la comparación de los embriones no da evidencia de un ancestro común. De hecho, todavía con frecuencia de relieve las similitudes entre los supuestos embriones en sus etapas iniciales (llamadas homología embrionaria) como evidencia de la evolución. Esta suposición se basa en la idea de que tales similitudes son "conocimiento común". Esta supuesta similitud de los embriones durante años ha estado descansando, consciente o inconscientemente, en un conjunto de 24 dibujos de Haeckel que se publicó por primera vez en 1866 en su Generalle Morphologie der Organismen, y luego repitió en 1874 en su Anthropogenie más popular. Estos pretenden mostrar los embriones de pez, salamandra, tortuga, pollo, cerdo, vaca, conejo y humano en tres etapas de desarrollo.(…)
Michael Richardson, conferencista y embriólogo en el Hospital Escuela de San Jorge Medical, Londres, ha puesto de manifiesto este fraude, en un artículo en la revista Anatomía y Embriología,  revisado recientemente en Science  y New Scientist.(Richardson)  reunió un equipo internacional para hacer precisamente eso, examinar y fotografiar "la forma externa de los embriones de una amplia gama de especies de vertebrados, en una etapa comparable a la representada por Haeckel. El equipo de recogida de embriones de 39 criaturas diferentes, como los marsupiales de Australia, ranas de árbol de Puerto Rico, serpientes de Francia, y un embrión de caimán de Inglaterra descubrieron que los embriones de diferentes especies son muy diferentes. De hecho, son tan diferentes que los dibujos de Haeckel (de aspecto  similar humanas, de conejo, salamandra, pescado, pollo, etc embriones) no podía haber sido hecho a partir de muestras reales.
Nigel Hawkes Richardson entrevistado por The Times (Londres).  En un artículo que describe Haeckel como 'Un mentiroso embrionario ", cita Richardson:
"Este es uno de los peores casos de fraude científico.(…)Lo que él [Haeckel] hizo fue tomar un embrión humano y copiarlo, pretendiendo que la salamandra y el cerdo y todos los demás parecían iguales en la misma etapa de desarrollo.(…) Él también eludió la escala para exagerar las similitudes entre las especies, incluso cuando había 10 veces las diferencias de tamaño. Además, hacía confusas las diferencias por desdeñar los nombres de las especies en la mayoría de los casos, como si uno fuese plenamente representativo de todo un grupo de animales.”3

A continuación las fotos sacadas por Richardson que comparan lo propuesto falsamente por Haeckel (arriba)  y lo real (abajo):



 Y tenemos también declaraciones como las que siguen que detallan la falta de precisión de la teoría darwinista en su línea embriológica:

“Los hechos de la homología y de la embriología han sido presentados como una confirmación directa del «hecho de la evolución», y no lo son en absoluto. Si la embriología es nuestra mejor guía a la genealogía, como pensaba Darwin, nuestro guía parece estarnos diciendo que los vertebrados tienen múltiples orígenes y que no heredaron sus similitudes de un antecesor común.”4


De hecho la teoría parece ir por un lado mientras los hechos llevan otro camino muy distinto, tal como sucede con los fósiles, demostrando  en realidad, que las etapas embrionarias no siguen para nada una línea evolutiva de repetición de la ontogenia, y tienen además, un desarrollo independiente del desarrollo de las demás especies. 

Además, se ha reconocido que las células embrionarias que originan los huesos exhiben patrones de ramificación, división y producción de cartílago que difieren entre cada especie.
Tal perspectiva coloca a la teoría evolucionista en un gran aprieto dado que ella postula la correlación entre especies, cosa que aquí no parece darse en absoluto. Sumado a ésto, donde Darwin consideraba de vital importancia, la formación embrionaria,  (en sus comienzos), es donde menos similitudes con la teoría se consiguen:
                                  
Desafortunadamente para la teoría, sin embargo, los hechos no se ajustan tan limpiamente a la preconcepción teórica. Bien lejos de proveer la sencilla confirmación que sugiere Futuyma, los patrones embrionarios generan un monumental rompecabezas para la teoría. Aunque es verdad que todos los vertebrados pasan por una etapa embrionaria en la que se parecen entre sí, de hecho llegan por vías muy diferentes a esta etapa. Después de su fertilización, un huevo de vertebrado pasa por unas divisiones y movimientos celulares característicos de su clase: los peces siguen un patrón, los anfibios otro, las aves otro distinto, y los mamíferos otro también distinto de las demás. Estas diferencias no se pueden explicar como adaptaciones larvales, porque estas etapas tempranas tienen lugar antes de la forma larval, y por ello no parece que queden expuestas a la selección natural. Sólo se puede ajustar la teoría de Darwin con los hechos de la embriología si se desechan las etapas tempranas de desarrollo, ¡pero son precisamente las etapas tempranas de desarrollo las que Darwin declaró que eran las más significativas!”5

Notas:

1. Charles Darwin. El Origen del Hombre. Cap. Conformación corporal del Hombre
2.  G. G. Simpson, W. Beck.  An Introduction to Biology, Harcourt. Brace and World,  Nueva York, 1965
3. Haeckel's Embryos: Fraud Rediscovered. Elizabeth Pennisi.  Science, New Series, Vol. 277, No. 5331 (Sep. 5, 1997)
4. Phillip E. Johnson. Proceso a Darwin. Cap. V El Hecho de la Evolución
5. Idem anterior

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